jueves, 10 de noviembre de 2011

Quien tiene boca se equivoca. Y quien corrige, también.



«Lo único bueno de equivocarse es la alegría que provoca en los demás» (anónimo)


Bien es sabido que nadie es perfecto. Al mejor panadero se le quema el pan, el médico más experto se equivoca al dar un diagnóstico y hasta el hombre del tiempo falla en las predicciones meteorológicas... ¿Y los correctores? ¿No nos podemos equivocar? Al parecer, no. Cuando el traductor comete un error, todos esperan que el corrector esté ahí para solucionarlo. Aunque el traductor no lo vea, el corrector «debe» hacerlo. Ya se sabe que cuatro ojos ven más que dos, pero, ¿hasta qué punto somos responsables los correctores de la calidad final del texto?

Personalmente, estoy acostumbrada a trabajar en equipo y, en ocasiones, los textos en los que trabajo ya han pasado por un primer corrector cuando llegan a mis manos. Casi siempre, después de mí, al menos una persona más revisa mi trabajo para asegurarse de que no he obviado ningún error. A veces, incluso tienen lugar dos rondas más de correcciones, sobre todo en el caso de textos científicos. La verdad es que con estos últimos, toda precaución es poca: no es lo mismo tomar 15 ml de un jarabe que 75 ml. En estos casos especialmente me siento bajo mucha presión. No solamente intento hacer bien mi trabajo por obligación profesional, también mi conciencia está alerta de la importancia de detectar cualquier error por más imperceptible que parezca.

Sin embargo, a veces, por muy concentrado que estés en la lectura del texto, por muchas veces que lo leas y que lo compares con el original, no ves todos los errores que ya han cometido los que han trabajo en el texto antes que tú. Es materialmente imposible no equivocarse nunca al corregir ningún texto. Y punto. Igual que es imposible no equivocarse nunca al cocinar, al conducir, al hablar... A nadie le gusta equivocarse, y al colectivo corrector, si cabe, todavía menos. Cometer errores contradice nuestra función profesional, que justamente consiste en corregir las equivocaciones de los demás. No obstante, me indigna que nos exijan ser las maquinitas que detectan todos y cada uno de los errores que ya han cometido otros lingüistas que han trabajado en un archivo antes que nosotros, y que por supuesto, tienen todo el derecho a equivocarse también, faltaría más... ¡Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra!

Me considero una buena profesional: soy perfeccionista, me esfuerzo cada día por mejorar en mi trabajo, pero, desde luego, no soy ni Dios ni una CAT tool con glosario integrado. Soy simplemente humana. Y los humanos, precisamente, nos diferenciamos de las máquinas en varias cosas: tenemos sentimientos, somos imperfectos, no siempre somos tan eficientes como ellas pero, sin embargo, tenemos la capacidad de enmendar nuestros errores y mejorar. Por algo somos supuestamente seres inteligentes. Y por algo, los programas de traducción asistida son solo eso, una ayuda para el lingüista, no un sustituto. Porque incluso las máquinas se equivocan (para muestra, las problemáticas fuzzy matches). Y si una máquina se equivoca: ¿cómo se puede esperar que el imperfecto ser humano corrector no lo haga?

La verdad es que aunque esta industria de la traducción está integrada por profesionales humanos, ¿no pensáis que, en general, se actúa de manera bastante deshumanizada? Estamos acostumbrados a señalar los errores de los demás, y esto va por mí la primera, pero no nos paramos a pensar que, a veces, es también necesario destacar lo que los otros hacen bien por encima de los errores cometidos. Todos necesitamos que nos digan lo que hacemos mal para mejorar, por supuesto, pero también necesitamos oír lo que hacemos bien para reforzarlo y continuar trabajando en superarnos día a día, para sentirnos más seguros de nosotros mismos, para que trabajemos mejor, en definitiva, para seguir creciendo como profesionales y estar lo más motivados posible en nuestro trabajo.

Seguro que todos los que trabajáis como correctores habéis salvado numerosos documentos del desastre. Y seguro que habéis hecho muchas más cosas bien que mal. Pero, ¿no os da la sensación de que cada vez que cometéis un error, pesa más este que todos los que habéis solucionado? Es como si todo lo que habéis hecho bien se borrara de un plumazo. A mí me pasa a menudo, incluso llevando años ya trabajando en esto, y corrigiendo muchísimos textos a diario, todavía hoy me sigue afectando el hecho de equivocarme. Y justamente por eso me he decidido a compartir este sentimiento con vosotros, porque estoy segura de que no soy la única persona que se siente así.

Quería deciros que es vital que creamos en nosotros mismos como profesionales, a pesar de los errores que podamos cometer y de las dificultades que podamos enfrentar; aunque no nos reconozcan cuando hacemos un buen trabajo y por mucho que se dediquen únicamente a señalar lo que hacemos mal, debemos tener claro que el mejor corrector del mundo cometería errores alguna vez y que estos no deben servirnos para hundirnos, sino para reforzarnos y recordarnos que nuestro trabajo todavía puede ser mejor. Si incluso a nosotros se nos pasa inadvertido algún error, ¡imaginaos qué ocurriría si no existiéramos!

Porque, en definitiva, quien tiene boca se equivoca y quien corrige, también :)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Premio a la bloguera versátil (Versatile Blogger Award) y nominados al premio Cherry on Top Award



Hace unas semanas, Curri Barceló (Localización y testeo con Curri), Ismael Pardo (Diario de un futuro traductor) y Víctor Gonzales (El Heraldo de la Traducción) me comentaron que me habían incluido en sus respectivas listas de premios Versatile Blogger Award. No me lo esperaba en absoluto, y desde aquí les doy las gracias de nuevo a los tres (no tengo ni idea de si me ha nominado alguien más, pero si es así, le doy las gracias también desde aquí).  :)

Hace ya casi cuatro años que tengo la suerte de conocer a Curri Barceló, a la que considero mi mentora. Ella me guió en mis primeros pasos por el mundo de la traducción cuando me sentía realmente perdida y no sabía ni redactar mi carta de presentación :). Nunca tendré palabras suficientes para agradecerle su apoyo incondicional a lo largo de estos años. Gracias a ella, además, descubrí la blogosfera, y por lo tanto, gracias a su insistencia existe este blog que me da la oportunidad de compartir con todos vosotros mi experiencia y conocimientos sobre corrección y traducción.

El blog de Ismael Pardo fue uno de los primeros que empecé a seguir cuando me convertí al «bloguerismo» Siempre me ha parecido muy interesante y recuerdo que me llamó mucho la atención su forma de escribir. Sencillamente, el suyo es uno de los mejores blogs sobre traducción del momento.

Por último, Víctor Gonzales es otro gran bloguero versátil que nos regala unas buenísimas entradas en El Heraldo de la Traducción, uno de mis blogs preferidos al que sigo fielmente desde hace meses y del que no me pierdo ni una sola entrada.

Y bueno, una vez terminadas mis «odas prosaicas» a estos grandes, sigo cumpliendo con las reglas del galardón :) :

Siete cosas sobre mí:

1.- Me encantaría ser escritora. De las de verdad. De las que escriben libros :D

2.- Soy una fanática del maquillaje. Tengo mil brochas, sombras, barras de labios y sé para qué sirve un top coat, ja ja ja. Varias personas me han pedido que cree un blog sobre cosmética y automaquillaje, pero todavía no me he animado... Quizá en un tiempo, nunca se sabe :)

3.- Estoy intentando aprender a tocar la guitarra. Mi padre la toca desde hace más de 35 años y la verdad es que yo me mareo cuando tengo tres acordes seguidos, ¡pero no me rendiré!

4.- Y mi fin único de aprender a tocar la guitarra no es otro que cantar mientras la toco... Sí, me chifla cantar. De pequeña cantaba en el coro de una iglesia (y en la ducha, y en el coche... bueno, ¡todavía lo hago! De momento, mis vecinos no han llamado a la policía...) y he hecho mis pinitos en varios karaokes. Mi primera y última actuación delante de público fue hace un mes en la boda de una amiga que quedó encantada, eso sí, ¡yo no probé bocado en toda la noche de los nervios que pasé!

5.- Estoy muy concienciada con la alimentación sana y equilibrada. Tengo mis propias normas y reglas alimenticias y mis amigos me explotan pidiéndome dietas de todo tipo... Igual podría sacarme un sobresueldo ;)

6.- Me pirran LOS SIMS. Es como jugar a las casitas sin tener que recoger los juguetes :D

7.- Hmmm... Estaba yo pensando que igual debería poner alguna cosa «más seria» que me encante hacer, pero ahora mismo no se me ocurre ninguna :D Bueno, también me encanta la cocina. Mezclar todo lo que tengo en la nevera y crear platos nuevos no se me da mal. Y si, además, a los platos acompañan un buen vino y una buena compañía, creo que poco más se puede pedir.

Y como me enrollo cual persiana, paso ya a escribiros los blogs que he descubierto recientemente (teniendo en cuenta que llevo medio añito como bloguera...). Me he dejado muchos, lo sé, ¡pero solo podía poner 15!

1.- ¡Traduzcamos!
2.- Leticia traduce
3.- El traductor en la sombra
4.- El placer de traducir
5.- (Nunca) sobran las palabras
6.- La traductora traidora
7.- El arte de traducir
8.- Letras de Sastre
9.- Azote ortográfico
10.- El taller del traductor
11.- En la punta de la lengua
12.- La prueba de lo ajeno
13.- Aventuras de una traductora-intérprete en Madrid
14.- El blog de Leon Hunter
15.- La magia de la traducción

Ahora os toca seguir la cadena :) Aquí os dejo las reglas del juego:

1. Agradécele al que te ha premiado y añade un enlace a su perfil o bitácora en tu entrada.
2.-Comparte siete cosas sobre ti.
3.- Pásale el premio a 15 bitácoras que hayas descubierto recientemente y que disfrutes leyendo.
4.- Contacta a los bitacoreros que hayas escogido para que sepan que les has dado el premio.

Y dicho esto, desde aquí promuevo, además, el premio Cherry on Top Award, que les concedo a Víctor Gonzales, Ismael Pardo y Curri Barceló, porque sus blogs tienen ese poquito más que los hace especiales :)
Y estas son las reglas de este otro premio, muuuy similares a las anteriores:

1.- Agradécele el premio a quien te lo envió
2.- Cuenta tres cosas sobre ti.
3.- Sube a tu blog una fotografía que te encante y explica porqué.
4.- Concede este premio a otros blogs que lo merezcan.

Hale chicos, ya tenéis faena :)

viernes, 7 de octubre de 2011

Entrevista exclusiva con la fundadora y la coordinadora editorial de la Revista Traditori

Tenía muchísimas ganas de escribir esta entrada y por fin he encontrado un huequecito para poder hacerlo. Permitidme compartir con vosotros, ¡y en exclusiva!, la primera entrevista concedida antes de la publicación del primer número de la Revista Traditori (¡que podremos leer muy pronto!). Como ya sabéis, la web Traditori, un espacio especialmente dirigido a traductores, correctores e intérpretes que tiene como finalidad compartir información, recursos y ayudarnos a ampliar nuestra red de contactos profesionales, lleva ya en marcha un tiempo y está creciendo cada vez más y más deprisa. Tanto es así, que hace unos meses surgió la novedosa iniciativa de crear una publicación en línea de carácter cuatrimestral dirigida principalmente a profesionales del ámbito de la traducción y a futuros lingüistas. Es un proyecto ambicioso, fresco, original y en el que además, tengo la gran suerte de poder colaborar como editora. Os invito a conocer un poco más esta novedosa publicación de la mano de su fundadora, Carolina López, y de la coordinadora del equipo editorial, Eva María Martínez, a las que agradezco de antemano el tiempo que se han tomado en responder estas preguntas. Espero que disfrutéis la entrevista y sobre todo, que os entre el gusanillo de visitar, o si sois del sector, apuntaros a la web Traditori y estar atentos a la próxima publicación de su revista.
***
Carolina, tienes que contarnos qué desayunas por las mañanas… Porque no solo no te has conformado con fundar el portal traditori.es, sino que, además, también procede de ti la idea de crear este nuevo proyecto editorial que está a punto de ver la luz. ¿Cómo nace la Revista Traditori?

Carolina: Bueno, la idea de crear la Revista Traditori tiene el mismo origen que la creación de la red social: proporcionar al profesional de la traducción servicios y recursos que ahora mismo no existen o se encuentran excesivamente dispersos en la red. En concreto, la idea de la revista se me ocurrió una noche de insomnio, de las tantas que he sufrido este invierno pasado... Y me acuerdo porque me tuve que levantar a escribirlo: me daba miedo que se me olvidara al día siguiente. Lo que más ilusión me hizo fue la respuesta inmediata de la gente al hacer el anuncio en Twitter. 

Desde luego, el proyecto pinta muy bien. Pero, cuéntanos, ¿qué fin persigue esta publicación?

Carolina: El objetivo es dotar a la profesión traductora de una revista profesional que no estuviera centrada exclusivamente en cuestiones de traductología. Una revista que diera solución a problemas con los que se encuentran los traductores en su vida laboral diaria: cuestiones fiscales, fraudes, clientes que no pagan, etc. Por otra parte, desde que iniciamos el portal traditori.es, el goteo de estudiantes pidiendo ayuda y consejo fue incesante, hasta el punto de que contactamos con Eugenia Arrés para crear un consultorio específico. Nos dimos cuenta de que los estudiantes de TeI se enfrentan a un mar de dudas e inseguridades al terminar la carrera. Con la revista, queremos ayudarles a tomar las decisiones adecuadas para su futuro laboral. 

Sé de buena tinta que la Revista Traditori persigue alejarse del convencionalismo del resto de publicaciones sobre traductología, y para ello cuenta con un amplio equipo editorial que aúna colaboradores de perfiles dispares. Esto desde luego es muy positivo a la hora de conformar las diferentes secciones que incluye la revista y ayudará, sin duda, a la calidad y variedad de los contenidos editoriales, pero, ¿cómo se formó realmente este joven y preparado equipo editorial y cómo se coordinan sus miembros?

Carolina: Bueno, la verdad es que desde Traditori hemos realizado muchas propuestas en muchos sentidos  y pocas han tenido la acogida que tuvo la revista. Lo que más me fascinó es que prácticamente no tuve que explicarle el proyecto a nadie: apenas pronuncié las palabras «queremos hacer una revista» ya tenía diez o doce respuestas de personas con un perfil profesional excelente. Fue como si les estuviera ofreciendo algo que llevaban esperando mucho tiempo. Automáticamente eso me acobardó un poco. Con la gente que se había apuntado y con el nivel que tenían había que crear un equipo muy profesional, y no me sentí capacitada. Después de pensarlo mucho, y teniendo en cuenta que, además, me encargo de coordinar traditori.es, donde soy la mujer orquesta, tengo un niño pequeño y en mis ratos libres traduzco, pedí ayuda al mismo grupo y les sugerí que se autocoordinaran. Tuvimos una suerte tremenda, porque se ofreció la candidata perfecta: Eva María Martínez. Una persona que ha estado ayudándome con la red social de forma desinteresada desde sus orígenes. A partir de ese momento, la dejé hacer. He aprendido a lo largo de estos meses que a mí se me da muy bien tener ideas, pero que la mayoría de veces soy un desastre a la hora de ponerlas en marcha. Admitir eso de entrada y retirarme a las oscuridades del proyecto ha sido lo que de verdad ha permitido que creciera y creciera. 

Eva: Había mucha gente interesada en aportar su granito de arena al proyecto, y lo que hicimos fue esperar un tiempo prudencial para que se uniera el mayor número de interesados posible. Al principio, la comunicación fue a través del propio portal, donde creábamos discusiones para debatir y proponer ideas, y poco después, Carolina creó una lista de correo interna para facilitar y agilizar la comunicación. Un par de meses después, varios miembros del equipo editorial sugirieron el uso de otras herramientas más cómodas que el correo para poder compartir documentos entre nosotros y comunicarnos a modo de foro, y ahora mismo compartimos lista de correo más foro para que todos los mensajes puedan llegar a todo el equipo.

No cabe la menor duda de que hay mucho trabajo y esfuerzo detrás de este proyecto, pero, ¿con qué recursos cuenta la Revista Traditori? ¿Es totalmente gratuita, verdad?

Carolina: Sí. De momento, la Revista Traditori, como el resto del proyecto, nace con vocación gratuita. Los únicos recursos con los que contamos son las personas que han querido invertir su tiempo, que ha sido mucho. Dependiendo de la acogida que tenga el primer número, nos plantearemos opciones de streaming editorial, que presenta muchas posibilidades. También ha surgido la idea de vender espacios publicitarios dentro de la revista para empresas del mundo de la traducción y universidades. Otra opción de financiación que me gusta mucho es Lánzanos.

Siendo sinceras, ¿en qué creéis que se diferencia esta publicación del resto de revistas sobre traducción?

Eva: Esta revista se diferencia de las demás porque el enfoque no pretende ser científico, sino divulgativo, y está orientada sobre todo a estudiantes universitarios y recién licenciados con el ánimo de guiarles un poco en su etapa posuniversitaria. Es, además, una revista en la que colabora muchísima gente joven con muchas ganas de aportar sus experiencias y conocimientos, a la que puede acceder todo el mundo sin excepción (profesionales, docentes, clientes potenciales, etc.) y en la que pretendemos mostrar al público lector un amplio abanico de secciones en las que abarcaremos las más variadas facetas de la profesión.

Y para terminar, ¿cómo animaríais al colectivo de traductores, correctores e intérpretes para que se unieran al portal traditori.es y le echaran un vistazo a esta prometedora publicación?

Carolina: Traditori es un proyecto que está en pañales y que de momento cuenta con pocos recursos económicos y humanos. Así y todo, la red social ha experimentado un crecimiento espectacular en los pocos meses que lleva activa. Se trata de un escaparate profesional, pero no es un mercado. Es un lugar para que traductoras y traductores amplíen su red de contactos, compartan trabajo, recursos, debates, etc. El aspecto técnico está por pulir, la web tiene que ser más interactiva y proporcionar una mejor experiencia de usuario, pero ofrecemos una herramienta y práctica para adentrarse en el mundillo. Gracias a Traditori conozco y leo blogs sobre traducción, he conocido a más traductores de mi área de residencia o de mi especialidad. Cuando tengo una sobrecarga de trabajo, tengo posibilidades de encontrar a un profesional solvente al que, además, conozco. Para mí, esa era la clave de todo esto. La Revista es solo un plus añadido a todo esto y, sinceramente, creo que los profesionales la leerán sin tener que vendernos mucho. Sencillamente es algo que mucha gente estaba esperando.

Eva: Traditori es un portal gratuito donde podemos encontrar y compartir con los colegas de profesión todo lo que llegue a nuestras manos (desde recursos hasta ofertas de trabajo), por lo que, desde mi punto de vista, estar dado de alta en él solo puede suponer ventajas.

En cuanto a por qué deben echar un vistazo a esta nueva publicación, pues simplemente les animo a hacerlo porque va a ser una revista con contenidos diferentes y con aportaciones de jóvenes profesionales con ganas de pisar fuerte, lo cual le da un valor especial. Además, todos los que formamos el equipo editorial estamos muy ilusionados con el proyecto y esperamos que tenga una buena acogida tanto entre los propios miembros del portal como entre aquellos que se animen a visitarlo solo para ojear la revista, ya que se podrá acceder a ella sin estar registrado en el portal.

martes, 6 de septiembre de 2011

Las traducciones erróneas más comunes

Al aceptar una traducción, tanto traductores como correctores deben responsabilizarse de su calidad. Como ya he mencionado en entradas anteriores, cuando nos hacemos cargo de un proyecto, hemos de estar seguros de poder llevarlo a cabo, no solamente por tener disponibilidad para trabajar en él, sino también capacidad y habilidad para hacerlo. Normalmente los traductores se especializan en temas concretos, según la formación que han recibido, pero muchas veces, los correctores no somos conscientes de nuestras limitaciones y nos enfrentamos a traducciones que, a veces, van más allá de nuestras posibilidades. Desde luego, el esfuerzo que realizamos los correctores es menor que el que dedica el traductor que, se presupone, debe estar muy familiarizado con el tema del material a traducir. Por esta razón, muchas veces, aceptamos trabajos que no creemos excesivamente complicados, subestimando su dificultad y confiando demasiado en el buen trabajo que, creemos, habrá hecho el traductor… meeec… ¡ERROR!

Si los correctores existimos es por algo. Cuatro ojos ven más que dos y, a la hora de traducir, por muy bueno que sea el traductor, por mucho que conozca el tema sobre el que traduce, por muchas consultas al diccionario que haya realizado y por más que haya repasado el texto, es más que probable que haya pasado algo por alto. Uno de los errores más importantes a los que nos enfrentamos los correctores son, sin duda, las traducciones erróneas, o mistranslations.

Por mi experiencia, he de decir que, en textos técnicos, las mistranslations están a la orden del día. Un truco para captarlas en una primera lectura rápida es mirar por encima al texto y realizar una búsqueda de los términos más técnicos que encontremos para comprobar que son correctos. Si encontramos algún término del que no estamos seguros, debemos avisar al responsable del proyecto de inmediato para que consulte nuestra duda al traductor original del texto o a otro lingüista experto en el tema y asegurarse de que la traducción sea correcta.

Tampoco debemos bajar la guardia en textos generales. Los traductores no son máquinas y, por eso, es vital que el corrector se asegure de que la traducción sea 100% correcta. La colocación de algunas palabras o frases pueden modificar el sentido gramatical y, por tanto, podemos equivocarnos al interpretar el significado del texto original. Un caso típico en gramática inglesa, por ejemplo, es el de uno o dos adjetivos seguidos de dos sustantivos. Aquí puede surgirnos la duda de si el/los adjetivo/s se refiere/n al sustantivo directo al que precede/n, o también al siguiente:

Texto original: «Chic white jeans and tops are available» Adjetivos + Sustantivo 1 + Sustantivo 2

Interpretación 1: (Chic white jeans) + tops (Adjetivos + Sustantivo 1) + Sustantivo 2

Interpretación 2: (Chic white jeans) + (chic white tops) (Adjetivos + Sustantivo 1) + (Adjetivo + Sustantivo 2)

En este caso, nuestro sentido común para comprender el contexto en que se encuentra esta frase es fundamental. Sin embargo, en ocasiones, ni fijándonos en el contexto podemos saber con certeza cuál es la relación de los elementos en la frase y nos cuesta decidir cuál es la opción adecuada; muchas veces porque el texto original es confuso y no terminamos de entender el sentido que debemos darle en la traducción. En estos casos siempre podemos consultar nuestra duda con el responsable del proyecto o el cliente para asegurarnos, en lugar de elegir únicamente la opción que nos parece más sencilla. El ejemplo anterior habla de adjetivos, pero podemos encontrarnos con un adverbio que puede modificar a varios verbos o incluso con otro sustantivo que actúa como modificador de los elementos posteriores.

Debemos estar alerta también, si traducimos un texto al inglés, con las típicas frases unidas mediante guiones en lengua inglesa. Recordemos que las frases que se utilizan como adjetivos en inglés deben utilizar guiones y escribirse en singular. Por ejemplo:

«A girl aged 31».
«A 31-year old girl».

Si, por el contrario, nos encontramos con que el texto original está escrito en inglés, igualmente debemos tener especial cuidado con este tipo de estructura. A veces, el cliente nos proporciona un texto que puede contener algún error, como por ejemplo que falte el guión en estos casos, lo que puede resultarnos confuso e incluso inducirnos a cometer un error al traducir. Por ejemplo:

«There are 33 CC BrandName bottles», en vez de la opción correcta: «There are 33-CC BrandName bottles»

Y esto puede malinterpretarse como: «There are 33 bottles of CC BrandName»

En vez de: «There are bottles of 33 CC of BrandName»

En caso de duda, como siempre aconsejo, mejor consultar con el cliente o el responsable del proyecto en lugar de arriesgarnos y tomar una mala decisión. Por supuesto, no debemos olvidar quitar el guión al traducir a otro idioma (no vayamos a dejar, tomando el ejemplo anterior, «CC-» en nuestra traducción). De igual manera, no hay que olvidar que aunque el modificador esté en plural, al «refrasear» hemos de utilizar el singular (Rules for modifiers of sustantives: Sustantive modifier rules) y en caso de que el elemento modificador sea una persona, utilizaremos un posesivo (The guidelines for students of Sheffield University: Sheffield University student guidelines).

Podemos encontrarnos con casos en los que el texto original está en inglés y el elemento modificador está en singular, y tenemos que decidir si en el idioma al que traducimos se escribiría también en singular o en plural. Para ello, debemos centrarnos de nuevo en el contexto. Además, tenemos la dificultad añadida de identificar el tipo de relación entre los elementos de la frase:

«Customer online survey guide»
«Guide of online survey(s) for/of customer(s)»

Los modismos o idioms también representan un aspecto problemático a la hora de identificar traducciones erróneas. Para ello debemos echar mano de un buen diccionario monolingüe, además de realizar las búsquedas necesarias en internet. No olvidéis entrecomillar la frase exacta en el buscador para que los resultados sean lo más precisos posible y evitar así resultados inexactos. Aunque los modismos no son comunes en textos técnicos, sí lo son en las traducciones creativas o en textos generales o dedicados a un público amplio, como boletines informativos o textos publicitarios.

Crear glosarios de modismos, falsos amigos o cualquier vocabulario técnico recurrente en las traducciones que normalmente llevamos a cabo puede ser también muy útil a la hora de ayudarnos a recordarlos. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez con términos como: casualty, crime, deception, actually o abstract traducidos erróneamente? Puede parecer sencillo memorizar sus traducciones correctas, sin embargo nunca está de más crear un listado para tenerlas lo más presente posible.

Por otra parte, aunque las herramientas de traducción asistida están diseñadas para ahorrarnos tiempo y dinero, a veces son también la causa principal de inducción a una traducción errónea. Por ejemplo, en ocasiones segmentan acrónimos al final de una oración, oraciones enteras, direcciones, etc. En el caso de Wordfast, los placeables pueden jugarnos una mala pasada e incluir separaciones inadecuadas. En estos casos, la mejor opción es consultar el documento original y unificar los segmentos, por más cortos que sean, para comprender la información. De igual manera, las fuzzy matches son una fuente importante de conflicto y debemos tener especial precaución con ellas. Hemos de revisarlas a conciencia y asegurarnos de que plasman el significado del original. Por último, debemos comprobar si existe texto oculto en el documento, ya que puede ser problemático y quizá forme parte del resto del texto.

miércoles, 20 de julio de 2011

Las 10 responsabilidades principales del revisor (Parte II)

Como lo prometido es deuda, aquí tenéis la segunda parte de mi entrada anterior, donde ya escribí sobre las que considero las cuatro primeras pautas que se deben seguir a la hora de corregir o editar un texto. Espero que os resulten útiles estas seis últimas :) ¡Hasta la próxima!

5)  Números

Podemos encontrarnos números de teléfono o fax, direcciones, datos financieros, números de página o sección, tablas repletas de cientos de números, datos numéricos en gráficos o de manera intermitente a lo largo del texto. Igual que los nombres, los números son universales, y cometer un error tipográfico en este aspecto puede ser crucial. Debemos repasar los dígitos uno a uno, sé que cuesta trabajo, pero no queda otra. Si llevan separadores, debemos asegurarnos además de que estén adaptados a la norma del idioma de traducción. En inglés, por ejemplo, la coma y el punto tienen usos inversos al español de España, pero sin embargo, debemos conocer las excepciones, como, por ejemplo, el español de México, Puerto Rico o EE. UU, que mantienen estos separadores como en inglés. También es importante conocer las unidades métricas y las divisas, así como las normas de uso y posicionamiento de las mismas, de igual manera que el formato de los números de teléfono, que puede variar, y mucho, dependiendo de cada país. El Diccionario panhispánico de dudas puede sernos de gran utilidad en estos casos. Además,  podemos encontrar los números escritos, sobre todo en textos legales (p. ej.: doscientos (200) euros); en este caso, la herramienta de revisión puede ayudarnos, pero no está de más repasarlos manualmente.
Muchas veces, nos encontraremos con medidas que no utiliza la audiencia a la que va dirigida la traducción. Es el caso por ejemplo de los pies o las millas, utilizadas en EE. UU. y que cuentan con el equivalente de metros o kilómetros en español de España. En este caso deberemos asegurarnos de que el traductor ha adaptado estas medidas correctamente. Existen conversores muy útiles en la red que nos pueden resultar de gran ayuda y ahorrarnos tiempo. Debemos ser coherentes y no incluir medidas distintas para un mismo contexto. Si utilizamos metros, no utilicemos pies también.


6)  Puntuación

En ocasiones la puntuación varía y hemos de adaptarla a la normativa de la lengua a la que traducimos. En general, se aconseja seguir la puntuación del texto original, pero si tenemos la certeza de que la traducción necesita adaptación, la cambiamos y podemos añadir una nota explicativa que el jefe de proyecto borrará antes de entregar el archivo. Aseguraos de que la puntuación es coherente a lo largo del texto, sobre todo en las enumeraciones. Tened especial cuidado al repasar que todos los párrafos incluyan el punto final y en evitar espacios o puntuación dobles entre palabras (para esto podemos utilizar la herramienta de «Buscar y reemplazar» en Word). En determinados idiomas, como en francés, se insertan espacios antes de determinados signos de puntuación. Un error común es utilizar diferentes tipos de comillas a lo largo del texto («, “, ˈ, ˌ͈). Debemos tener estos aspectos en cuenta y ser cuidadosos al revisarlos.

7)  Coherencia

La coherencia en el texto es lo que hace que un proyecto pase de ser mediocre o incluso incorrecto a brillante, preciso y profesional. Consultar la memoria de traducción, cuando sea posible, glosarios, guías de estilo, o trabajos anteriores puede ser vital a la hora de mantener la coherencia con proyectos previos y por lo tanto, futuros. Debemos evitar realizar cambios subjetivos e innecesarios y limitarnos únicamente a realizar los que verdaderamente mejoren el estilo o la calidad de la redacción. Debemos dejar nuestras preferencias a un lado y ser lo más objetivos posible. A veces, se utilizan sinónimos de una palabra, dependiendo del contexto,  que en el texto original solamente se utiliza en una de sus formas; esto es perfectamente válido, pero debemos evitar el uso de palabras diferentes para referirnos a un mismo objeto en un mismo contexto siempre y que sea posible. Utilizar un mismo tono en la redacción (no mezclar los tratamientos «tú» y «usted»); no intercalar imperativos e infinitivos en fórmulas similares (es mejor decantarse por una de ellas únicamente); o utilizar acrónimos de forma consistente, etc. son detalles esenciales que marcan la diferencia en nuestro trabajo.

8) Formato

En ocasiones el cliente demanda que el formato de la traducción sea lo más parecido posible al del texto original. Si se nos indica, por lo tanto, debemos fijarnos en el tipo, color y tamaño del texto, así como también si está en cursiva, negrita, subrayado o si se utilizan las funciones de superíndice y subíndice. Las tabulaciones son también importantes, así como el alineamiento del texto (centrado, alineado a la derecha o a la izquierda o justificado). Los saltos de página, palabra, sección o línea deben tenerse en consideración, al igual que el espaciado (simple, doble, 1,5, etc.). Los elementos no lingüísticos juegan a menudo un papel importante (imágenes, gráficos, guiones, viñetas, etc.). Cuando adaptamos o reproducimos formatos en documentos de PowerPoint debemos ser extra cuidadosos con todos estos elementos, ya que su función principal es la visual, y el cliente mirará con lupa el formato.

9) Repaso final

Asegurémonos de que hemos seguido las instrucciones correctamente, comparemos una vez más, por encima, el texto original con el documento que pensamos que está listo para entregar, dejemos de lado cualquier duda que hayamos podido tener durante nuestra corrección y centrémonos en comparar formatos, secciones, puntuación, acentuación, cuadros de texto, etc.

10) Actualización de memorias de traducción

Una vez estamos seguros de que el texto es correcto, si hemos utilizado una memoria de traducción debemos actualizarla y enviarla al jefe de proyecto. Utilizar memorias de traducción actualizadas es importante no solo para ahorrar gastos a la agencia, sino para evitar incoherencias a la hora de traducir futuros proyectos. Si tuviéramos que implementar cualquier preferencia o cambio requerido por el cliente, no debemos olvidar actualizar la memoria de traducción con estos cambios si fuera posible. Y en el caso de encontrar cualquier error o incoherencia en la memoria, debemos informar al jefe de proyecto en caso de que debiéramos corregir estos datos de inmediato.

Un truquito: en Wordfast la herramienta «Transcheck» nos ayuda a identificar números o puntuación errónea, texto que falta, etc. ¡Es muy interesante y nos puede ayudar muchísimo!

miércoles, 6 de julio de 2011

Las 10 responsabilidades principales del revisor (Parte I)

¡Hola a tod@s!

En primer lugar, pediros disculpas por haber tardado tantas semanas en subir una nueva entrada; la verdad es que he ido bastante liada. He comenzado clases de guitarra y cocina alternativa y me ha costado un poquito organizar mi tiempo libre (que, como os imaginaréis, es bastante limitado).

En las dos próximas entradas quería comentaros las que considero las diez responsabilidades principales del revisor/ responsable de calidad/ jefe de proyecto o cualquier lingüista que se encargue de revisar una traducción antes de entregarla al cliente. Por supuesto, una vez más, recordad que estas pautas que recojo aquí se basan en mi experiencia profesional en este campo y que por tanto, no son los diez mandamientos J Personalmente las considero de vital importancia, pero seguro que varían para cada un@ de vosotr@s (ya se sabe que «cada maestrillo tiene su librillo», ¿no?)  Para que no os quedéis ciegos de leer, como siempre me excedo tanto (lo siento, ¡no lo puedo evitar!) os incluyo las cuatro primeras responsabilidades en esta primera parte, y las seis próximas las ocuparé en la segunda parte de la entrada que prometo subir muy pronto J.  Gracias por leerme y ¡espero que os resulten útiles!

1)      Instrucciones, documentos originales, material adicional: qué tengo que hacer

Sé que soy superpesada con este punto pero es que es MUY IMPORTANTE que leamos las instrucciones ANTES y DESPUÉS de empezar el proyecto y nos preocupemos por entenderlas a la perfección. Y si no es así: ¡Preguntad! Como correctores, debemos asegurarnos no solo de hacer bien nuestro trabajo, sino de que el traductor también ha hecho el suyo correctamente; por eso, hemos de comprobar que el traductor ha seguido las instrucciones al pie de la letra y, si no es así, debemos ponernos en contacto con el responsable del proyecto para informarle. En muchas ocasiones seremos nosotros los que deberemos sufragar estos errores del traductor (que en este caso no serían nuestra responsabilidad en teoría) pero siempre es bueno que el jefe de proyecto sepa que hacemos bien nuestro trabajo.
Además, debemos comprobar que el texto original se corresponde con la traducción que debemos corregir. Muchas veces el jefe de proyecto «traspapela» algún archivo que otro y debemos asegurarnos de que tenemos todo lo que necesitamos antes de comenzar. ¡Acordaos de preguntar si existe algún material de referencia que podáis seguir!

2)      Ortografía: ¡La herramienta de autocorrección es nuestra amiga!

Por más que leamos el texto, a veces se nos amontonan las palabras, somos humanos, cometemos errores y sí, la herramienta de autocorrección nos puede sacar de más de un apuro. ¿Cómo utilizarla correctamente dependiendo del tipo de archivo al que nos enfrentamos?

-          Word
 En Word 2003 la encontramos en el menú de «Herramientas»  y en el 2010 en el de «Inicio», por ejemplo, pero el simbolito de correcto en azul es característico y se encuentra fácilmente.

-           Excel y PDF
 En el caso de documentos en Excel, a veces la función está habilitada y podemos encontrarla sin dificultad, igual que en Word; si no es así, podemos seleccionar y pegar el texto en un documento de Word en blanco y así nos aseguraremos de que no se nos ha escapado nada, como tendremos que hacer en el caso de los PDF… Es más trabajo, lo sé, pero creedme, a la larga, vale la pena.

-          PowerPoint 
Los documentos en PowerPoint pueden ser problemáticos debido a la cantidad de cuadros de texto y gráficos que suelen llevar. Una buena opción sería crear una macro para cambiar el idioma en todas las diapositivas y que no se nos pase nada.

-           SDLX y Wordfast 
En SDLX seleccionamos el texto y aplicamos la herramienta de revisión integrada en el mismo programa. En Wordfast la mejor opción es utilizar el botón de vista previa, que transforma el documento a formato Word y así podemos revisar el documento con mayor seguridad.

Ojo con los cuadros de texto, encabezados, pies de página y notas al pie: si tenemos algún que otro cuadro de texto, podemos revisarlo manualmente seleccionando el encuadre, pero si hay demasiados, es mejor no correr riesgos y utilizar otra herramienta útil, «Reemplazar», y desplegar sus opciones avanzadas. Ahí, en la etiqueta «Formato» seleccionamos la opción «Idioma» y nos aseguramos que la opción de «Corregir ortografía o gramática» no esté seleccionada y entonces, «Reemplazamos todo». Así nos aseguramos de que los cuadros de texto también están incluidos en la revisión.

A veces, una misma palabra se repite a lo largo del texto y el corrector siempre nos la marca. En este caso, podemos utilizar la función «Ignorar todas» y así, ahorramos tiempo. En ocasiones, después de haber ignorado una palabra con esta función, se nos vuelve a marcar de nuevo,  o al menos, eso creemos, (muchas veces esto sucede con nombres propios, marcas, topónimos, etc. que pueden resultarnos más o menos desconocidos) debemos tener cuidado de que no haya ninguna falta de ortografía tan mínima que podamos haber obviado y repasar la palabra para estar seguros de que todo es correcto.

3)      ¿Falta texto?

Cuidado con las listas largas (países, empresas, nombres propios, etc.). Contad los elementos para aseguraros de que el traductor no se ha «comido» ninguna palabra; frases largas (si tenéis que partirlas en segmentos para corregirlas mejor, hacedlo, no las intentéis memorizar); también podemos tomar como referencia elementos gráficos para analizar si falta texto: puntuación, números o fotografías en el texto de origen pueden ayudarnos a la hora de determinar si falta texto en la traducción. Por supuesto, esta última recomendación es un apoyo, debemos leer el texto cuidadosamente para asegurarnos de que todos los elementos están incluidos.

4)      Nombres

Debemos prestar especial atención a la ortografía de los nombres propios, marcas comerciales, publicaciones, sitios web, empresas, etc. Tened en cuenta que por muy bien redactada que esté una traducción, si cometemos un error en cualquier nombre, nuestro trabajo se verá seriamente cuestionado por el cliente. Pensad que quizá el cliente no hable nuestro idioma, pero si ve el nombre de su empresa mal escrito, pensará que nuestro trabajo no es preciso y dudará automáticamente de la calidad de la traducción. Aquí no podemos ayudarnos de la herramienta de autocorrección, debemos repasar los nombres cuidadosamente letra por letra para asegurarnos de que se corresponden con el texto original. Es importante fijarnos en el uso de mayúsculas y minúsculas a principio o mitad de palabra, guiones, u otros símbolos que se puedan añadir, como por ejemplo el de marca registrada, ya que pueden marcar la diferencia en una marca comercial (p. ej.: McDonald´s, AstraZeneca, Bioibérica, Boehringer-Ingelheim, etc.). Cuidado también con los acrónimos y las siglas: a veces juegan malas pasadas..

jueves, 26 de mayo de 2011

4 consejos clave tras aceptar un proyecto de traducción


Como comentaba en mi entrada anterior, es recomendable seguir unas pautas a la hora de aceptar y comenzar un proyecto, bien sea con un cliente directo o una agencia de servicios lingüísticos, para evitar malentendidos y problemas potenciales. A continuación, enumero algunos de los consejos que considero esenciales a seguir una vez hemos decidido colaborar en un proyecto y que, estoy segura, nos ahorrarán tiempo, trabajo y, en muchas ocasiones, ¡pérdidas de dinero!

1) Deja claras las tarifas

Negocia un precio por palabra/hora con el PM y sé firme en tu decisión. Si acuerdas una determinada tarifa al principio, esta debería ser invariable. Para ello, has de conocer bien de qué va el proyecto y lo que se te pide, y poder ser así consecuente con el presupuesto que demandes. Ten en cuenta que no es lo mismo hacer una traducción técnica, una general u ocuparse, además, del formato del texto. Ajusta tus tarifas al tiempo de trabajo que emplees. Si tienes que calcular a la alza tu presupuesto, mejor así que no quedarte corto ;).

Como en toda regla, existen excepciones y podemos levantar un poco la mano en ocasiones J. Si un PM que te pasa trabajo de manera habitual, te ofrece una tarifa muy reducida en algún proyecto porque el presupuesto de que dispone no es demasiado alto, no dudes en premiar su confianza haciéndole el favor de aceptar ese proyecto aunque sea a una tarifa más baja de aquella con la que trabajas normalmente. Él o ella sabrá apreciar tu esfuerzo y, seguramente, te premie en otra ocasión ofreciéndote una tarifa más alta de la habitual si el presupuesto se lo permite.

Nota: recuerda que el programa PractiCount & Invoice puede serte de gran ayuda a la hora de calcular presupuestos, tarifas y cómputos de palabras.

2) Exige la orden de compra (o Purchase Order, PO) antes de iniciar el proyecto

Como ya vimos en la primera entrada, los PM siempre están muy ocupados. Sin embargo, tienen la obligación de enviar una orden de compra al lingüista antes de comenzar el proyecto. No valen las excusas: «Te la mando en un minuto»; «Por favor, empieza el proyecto y enseguida te la envío», etc. Si empiezas un proyecto antes de recibir la orden de compra, corres el riesgo de que no te paguen lo acordado o de que el PM no contara contigo para el proyecto por error, haya contratado a otro lingüista y hayas hecho el trabajo en vano (y gratis), entre otros muchos problemas. Por ello, aunque hayas trabajado en otras ocasiones con la agencia o el cliente, mi consejo personal es que no comiences ningún trabajo hasta que te envíen la orden de compra o el acuerdo de colaboración por escrito. Te evitarás calentamientos de cabeza…


3) Ten un teléfono de contacto y/o una dirección de correo electrónico disponibles de la persona a cargo del proyecto

15633381 00 b Teléfono para el ordenadorDe esta manera, podrás plantearle cualquier problema, desde dudas que te surjan durante la traducción, hasta un posible retraso en tu entrega. La fluidez en la comunicación lingüista- PM/cliente es vital para que el proyecto llegue a buen puerto y dentro del plazo acordado.

Nota: si mantienes una conversación telefónica, siempre es aconsejable que le envíes un correo electrónico mencionando lo acordado para que haya constancia de vuestra conversación, para evitar futuros malentendidos.

4) Asegúrate de que tienes en tus manos todo el material que necesitas para llevar a cabo el proyecto

Una vez que hayas atado todos los cabos con el PM/cliente, comprueba que tienes todos los archivos y el material necesarios para ponerte manos a la obra: el texto original y/o la traducción, glosarios, proyectos anteriores sobre el mismo tema, memorias de traducción, etc. No es profesional pedir los materiales necesarios a cuenta gotas una vez que has comenzado tu trabajo y, además, es una pérdida de tiempo innecesaria.

Nota: como vimos en la primera entrada, muchas veces, por diversas circunstancias, PMs diferentes se ocupan de un mismo proyecto. Si se da este caso, ten paciencia e intenta proporcionarle toda la información que hayas recabado sobre el proyecto al nuevo PM. Esto facilitará su trabajo, puesto que entenderá mejor qué material debe enviarte y, por extensión, también te influirá a ti de manera positiva, ya que el PM estará mucho más informado de la naturaleza del proyecto y podrá buscar soluciones a los posibles problemas que tengas con mayor facilidad.


Por último, recuerda que la amabilidad no está reñida con ninguno de estos consejos. Una buena relación entre PM/cliente y lingüista es fundamental a la hora de facilitar las comunicaciones y crear un ambiente de trabajo cálido. Un «¡Que pases un buen día!» o un «Muchas gracias» es gratuito, y hemos de tener en cuenta que el lingüista ha de hacerse valer no solo por la calidad de su trabajo, sino por su calidad humana y su flexibilidad en la negociación. Es vital entender que cuidar las relaciones interprofesionales puede influir, y mucho, a la hora de que un PM/cliente se ponga en contacto contigo para confiarte un proyecto. Piensa que si eres cordial y te esfuerzas por establecer una buena relación de colaboración con el PM, en la medida de lo posible, ambos estaréis mucho más cómodos trabajando en equipo. Él apreciará tu trabajo mucho más y, casi con total seguridad, te tendrá en cuenta para futuros proyectos. Todo el mundo prefiere trabajar con personas positivas y correctas, que te hagan la vida fácil, que con personas maleducadas y exigentes, que te hagan sentir incómodo y te pongan de malhumor. No olvides que tu profesionalidad se demuestra, entre otras cosas, con tu educación y tu saber estar, y la palabra es nuestra mejor arma para demostrarlo.








sábado, 14 de mayo de 2011

5 preguntas obligatorias que debemos hacernos antes de aceptar un proyecto de traducción

Todos sabemos lo difícil que es abrirse camino en el mundo de la traducción. Empezar a conseguir contactos en las agencias de servicios lingüísticos puede llegar a ser frustrante. Durante semanas, o meses, dedicas tus días al envío masivo de currículos y a realizar innumerables tests de traducción o corrección que, en su mayoría, por supuesto, no te pagan. En fin, podríamos decir que dedicarte a buscar contactos es un trabajo esencial, aunque no remunerado, por el que todos hemos o tendremos que pasar algún día… No sé si os habrá ocurrido a vosotros, pero cuando ves que pasan las semanas y no recibes ni una sola petición de proyecto de ninguna de las agencias a las que has escrito durante meses, la desesperación llega a apoderarse de ti por momentos. Cada mañana, como un autómata, antes ni si quiera de desayunar o lavarte la cara, compruebas si algún alma caritativa se ha dignado a leer tu CV o tu prueba de traducción y te ha escrito un correo pidiéndote que te hagas cargo de algún proyecto, por pequeño o cutre que sea. Pero solamente encuentras correos automáticos dándote las gracias por tu tiempo e informándote de que pasarás a formar parte de su base de datos (si es que se han dignado a contestarte...).

Sin embargo, todo esfuerzo tiene su recompensa y un día, después de los 250 formularios que has rellenado por internet y de modificar 100 veces esa plantilla de carta de presentación para cada agencia, cuando ya casi habías perdido toda esperanza y te veías trabajando en un McDonald’s durante el resto de tu vida, recibes un correo de una de esas agencias preguntándote si tienes disponibilidad para ocuparte de un proyecto: ¡POR FIN! ¡DIOS HA ATENDIDO MIS PLEGARIAS! Pero, a pesar de la alegría inicial y el impulso incontrolable de decir: ¡SÍ, QUIERO!, te aconsejo que no te dejes llevar por este primer momento de felicidad y te andes con ojo, o quizá tengas una primera experiencia traumática en esto de la traducción. Así que, seas nuevo o no en esto, no estaría de más que te plantearas algunas preguntas que al menos yo considero esenciales al aceptar un proyecto y cuyas respuestas pueden afectar de manera decisiva a la calidad de tu trabajo:

1)      ¿Entiendes en qué consiste el proyecto?

Puede parecer una obviedad pero, si no entiendes bien en qué consiste el trabajo, es imposible que lo puedas realizar correctamente. Quizá descubras que trate un tema que te suponga cierta dificultad y no puedas entregar una buena traducción, o simplemente, lo aborrezcas y no te interese nada colaborar en ese proyecto. O a lo mejor, no tienes las herramientas necesarias para poder hacerte cargo de él. Pregunta todo lo que no entiendas, pide instrucciones claras por escrito y si es necesario, habla por teléfono con la persona encargada. Antes de aceptar un trabajo, tienes que tener muy claro lo que quieren de ti y conocer aspectos clave como el tipo de traducción o corrección, si te tienes que ocupar o no del formato, etc. De esta forma, evitarás hacer trabajo innecesario y te asegurarás de entregar justamente lo que el cliente demanda.

2) ¿Cuál es el número exacto de palabras a traducir/corregir?

En muchas ocasiones, los PM lanzan una cifra aproximada de las palabras a traducir o corregir que puede no corresponderse con la realidad. Asegúrate de que te envíen el documento en el que vas a trabajar para echarle un vistazo antes de aceptar el proyecto. El programa PractiCount & Invoice es muy útil para realizar el cómputo exacto de palabras en archivos en varios formatos, entre los que se encuentran .ppt, .xls, .doc, o .pdf, y también puede serte de gran ayuda a la hora de calcular presupuestos de una manera más rápida y precisa.

Conocer el número de palabras que tienes que traducir o corregir te ayudará a hacerte una idea del tiempo que te puede llevar terminar el proyecto. Si creas una plantilla mensual dividida en días y horas, en Excel, por ejemplo, puedes planificarte de una forma más clara el tiempo que puedes dedicar a los proyectos diariamente, vaya, ¡tipo el horario que teníamos en el cole! :) Estima que, de media, se traducen unas 300-500 palabras a la hora, dependiendo de la dificultad del texto, la información que necesites consultar, la experiencia y la destreza personal de cada uno, y se corrigen unas 1000-2000 en el mismo tiempo, aproximadamente.

Nota: aclaro que estas cifras que menciono son meramente orientativas y basadas en mi experiencia personal y que pueden variar de manera significativa en el caso concreto de cada lingüista, por supuesto. 

            3) ¿Qué me van a pagar?
En la mayoría de las agencias se ofrece una tarifa fija por palabra u hora dependiendo de la combinación lingüística y del tipo de proyecto. Asegúrate de que las tarifas te parecen justas y más o menos rentables antes de aceptar el trabajo. Muchas veces, las agencias pagan precios irrisorios por los que no vale la pena ni levantar el dedo del teclado para contestar su correo electrónico. Por supuesto, las tarifas varían dependiendo del tipo de trabajo que te solicitan. Justamente, hay una entrada en el blog de Pablo Muñoz sobre este tema que es muy interesante. Ten en cuenta que, por muy nuevo que seas en esto, no debes reventar precios para ganar clientes. Al contrario, has de hacerte valer por la calidad de tu trabajo. Por ejemplo, ofrecer una tarifa de traducción inferior a 0,05 euros por palabra a la larga te perjudicaría, puesto que después te será mucho más difícil subirla y además, no darías una imagen profesional, sino más bien de un traductor barato, y puedes hacer dudar incluso de la calidad de tu servicio.

4) ¿Cuál es la fecha de recepción y entrega del trabajo?

Si el PM/cliente no puede adjuntarte el archivo nada más aceptes el trabajo, intenta que te den una hora aproximada de cuándo te lo entregarán. Así, podrás planificarte el tiempo que ocuparás con el archivo y  negociar una fecha de entrega lo más real y flexible posible. Además, si creas el horario que mencionaba anteriormente, también visualizarás de forma mucho más clara y ordenada la hora a la que te llega el archivo y la hora a la que lo tienes que entregar, y puedes escribirte cualquier información adicional que quieras remarcar (instrucciones específicas, el contacto del proyecto, el tipo de texto, etc.). 

Nota: está claro que siempre puede haber retrasos. Si se da el caso, asegúrate de contactar con el PM/cliente con tiempo suficiente para que te informe del estado del archivo y podáis acordar una nueva fecha de entrega si fuera necesario.

5) ¿Debo seguir instrucciones o comprobar algún material de referencia?

La mayoría de los clientes tienen exigencias concretas que debes respetar estés más o menos de acuerdo con ellas. Tanto si trabajas directamente con un cliente como con una agencia, asegúrate de que te envíen por escrito cualquier directriz a seguir. Así, podrás consultar las instrucciones en cualquier momento y evitar malentendidos. Preocúpate de comprenderlas y seguirlas al pie de la letra, ya que si no lo haces, la calidad de la traducción podría verse afectada y de manera directa, la retribución de tu servicio. No escatimes en pedir material de referencia o antiguos trabajos que hayan sido aprobados previamente por el cliente y con los que esté contento. Y por supuesto, demanda cualquier memoria de traducción actualizada si la hubiera.


Una vez dispones de toda esta información es cuando verdaderamente puedes decidir si te comprometes o no a colaborar en un proyecto, ya que tendrás una idea más que aproximada del trabajo que tienes que realizar y de las condiciones que aceptas J. En la próxima entrada, veremos qué pasos sería recomendable seguir una vez nos hemos decidido a aceptar el proyecto para evitar problemas potenciales y sacar el máximo partido a nuestro tiempo. ¡Hasta la próxima!

miércoles, 27 de abril de 2011

Lingüistas vs. Jefes de Proyecto: ¿en qué equipo juegas?

¿Quién no ha sentido ganas de «ahogar» a algún jefe de proyecto (Project Manager, PM) alguna vez? ¿Quién no se ha sentido impotente al intentar explicarle algún problema o duda relacionada con el proyecto que estamos llevando a cabo a un PM cuando vemos que ni si quiera ha abierto el archivo que nos ha enviado? Seguramente todos nos hemos enfrentado a alguna situación problemática con alguno de estos profesionales y hemos pensado: «¿Pero por qué es tan incompetente?» Pues bien, está claro que en todas las profesiones hay muy buenos, buenos, mediocres y no tan buenos profesionales, pero quizá, conocer un poco más de cerca cómo funciona, en líneas generales, el día a día de los jefes de proyecto, esos «salvadores» que nos proporcionan trabajo a diario y que son, en mi opinión, los grandes incomprendidos de esta cadena, nos ayude a ser un poco más tolerantes con ellos en este tipo de situaciones. Aunque penséis que quizá esto os resulte inútil y que cada uno debe apañarse con su trabajo, os aseguro que leer esto os ayudará a comprender el porqué de muchas de sus actitudes y a cómo utilizar esta información para hacer vuestra vida más fácil, que es, a fin de cuentas, lo que nos interesa.

Mi trabajo en una multinacional de servicios lingüísticos me ha permitido ver cómo trabajan estos profesionales de cerca, y os aseguro que su trabajo no es para nada idílico. Al menos, en el caso de los PMs que trabajan para agencias de traducción grandes, con un flujo de proyectos para gestionar elevado. Ahora me diréis: «Tampoco lo es el mío: es estresante y debo adaptarme a ajustadas fechas de entrega y, encima, tengo dudas que el PM no sabe solucionar, lo que resulta en una pérdida de tiempo». Y no os lo voy a discutir, tenéis razón, pero aún así, os aseguro que nuestro trabajo no tiene nada que ver con el suyo y es bastante más agradable.

Entre las funciones de un jefe de proyecto se encuentran: el envío de solicitudes de proyectos a lingüistas que tienen que buscar en las extensas bases de datos de la empresa; la comprobación de que sus tarifas se ajusten al presupuesto que le ha proporcionado el responsable de ventas para poder llegar al margen interno obligatorio de beneficio de la empresa (muchas veces han de negociar la tarifa con el lingüista porque los clientes disponen de presupuestos irrisorios; supongo que alguna vez os habéis encontrado con PMs que os han suplicado para que le aceptéis una tarifa, con la consecuente pérdida extraordinaria de tiempo que les supone colocar el proyecto); la atención de llamadas telefónicas por parte de responsables de ventas, histéricos por un retraso de cinco o diez minutos en una entrega; o la asistencia a sesiones de formación internas para aprender a manejar programas nuevos. Además, han de hacer un seguimiento continuo de todos y cada uno de los proyectos de los que se hacen cargo, que normalmente son muchísimos y en varios idiomas y, por si todo esto no fuera suficiente, deben ocuparse de las preguntas que los lingüistas puedan tener respecto al archivo en que están trabajando, así como de las posteriores dudas que pueda tener el responsable de ventas y potenciales quejas del cliente. Tras el proceso de traducción y corrección, y antes de la entrega a ventas, el PM debe repasar el texto y arreglar los posibles errores de formato que los lingüistas hayamos podido pasar por alto, así como comprobar que no falte texto y que la tipografía se ajuste al texto original. Y, por si fuera poco, también ha de actualizar las memorias de traducción internas, en caso de que se haya utilizado algún programa de traducción asistida, y almacenar, donde corresponda, los archivos del proyecto.

Pero todo esto que no parece tan complicado, y que meramente aparenta basarse en una buena organización por parte del PM, se puede complicar. Por ejemplo, cuando nos surge una duda en una traducción que no podemos solucionar por nosotros mismos, nuestra única salida es consultarla con el PM. Como los pobres tampoco son adivinos y muchas veces ni si quiera tienen contacto directo con el cliente, deben recurrir al responsable de ventas y esperar a que él mismo consulte la duda con este, que muchas veces, no sabe ni lo que quiere pero sí tiene claro que paga para que le solucionemos la vida y lo adivinemos. Resolver este problema puede ocupar un tiempo considerable que puede llegar a afectar a la fecha final de entrega del proyecto, por supuesto… Pero todavía puede complicarse más… Si a todo esto le sumamos que el cliente cambia de idea y, en vez de querer el archivo a las cuatro, ahora lo quiere a las dos, que se le ha ocurrido añadir un archivo nuevo y lo quiere traducido a la misma hora que el resto o que al traductor se le ha estropeado el ordenador, no le funciona el programa de traducción asistida o se le ha olvidado traducir una página… ¡puede que al jefe de proyecto le dé un paro cardíaco! Con lo que acabo de comentar, quizá comprendas por un segundo el estado de nervios y agobio que puede llegar a experimentar el pobre jefe de proyectos y lo agobiado que se debe sentir con tanto proyecto urgente y retrasos, entre otros contratiempos. Además, el responsable de ventas no es tampoco demasiado comprensivo, cosa que podemos llegar a entender, ya que es el que da la cara con el cliente, y normalmente, no se toma demasiado bien el que le retrasemos las entregas, sea cual sea la razón… El PM, por tanto, no puede acudir a nadie para pedir ayuda, y todos estos problemas debe solucionarlos él mismo.

Otro problema al que todo PM se enfrenta alguna vez en su vida es que le asignen un trabajo de otro compañero que está enfermo o de vacaciones, del que no tiene información suficiente y al que no le puede dedicar mucho tiempo porque, además, tiene que ocuparse de sus propios proyectos. Os confieso que he visto llorar a muchos de ellos porque la situación de estrés a veces les supera, no pueden cumplir los plazos de entrega y no es para nada agradable tener que lidiar con los lingüistas, los responsables de ventas, o su propio jefe de equipo. Hay que tener en cuenta, además, que en las empresas más grandes hay también diferentes turnos de PMs que trabajan por la mañana, por la tarde, por la noche o durante el fin de semana. Estos equipos por turnos se pasan los trabajos los unos a los otros y, en muchas ocasiones, la persona a la que le asignan el proyecto no dispone de unas instrucciones claras para pasarle al lingüista porque seguramente el PM del turno anterior, encargado inicialmente del proyecto, cansado de trabajar más de las ocho horas correspondientes, ha olvidado dejarle las mencionadas indicaciones…

A pesar de todo, os imaginaréis que esto es irrelevante para el cliente, que paga por un servicio, irrelevante para el responsable de ventas, que necesita que se entregue el proyecto en el plazo acordado para no quedar mal con el cliente, e irrelevante incluso para nosotros, los lingüistas, que queremos que nos solucionen las dudas lo antes posible para poder continuar con el resto de nuestros proyectos, sin tener en cuenta, muchas veces, que no es nada fácil para un PM ocuparse de todas estas tareas a la vez y que, para nada, es su intención hacernos perder el tiempo. Simplemente, trabaja lo mejor que puede dadas las circunstancias. Además, hemos de tener en cuenta también que muchos de estos coordinadores o jefes de proyectos, por las circunstancias diarias en las que trabajan, cambian con bastante frecuencia de trabajo, y son sustituidos por personal nuevo, que necesita un tiempo de adaptación y que, claramente, no lo tiene, ya que debe cumplir con las mismas funciones del anterior PM que llevaba dos años en la agencia. Así que, imaginaos si ya es difícil para un PM experto manejar la situación, cómo será para uno que no lo es, que debe ponerse al día rápidamente.

Espero haber ayudado a dar conocer un poco más el trabajo tan duro que realizan estos profesionales. Quizá ahora, cuando estéis esperando una contestación por correo, o no puedan atenderos por teléfono, o se equivoquen al enviaros la orden de compra (si es que tenéis la suerte de que os la envían cuando corresponde… ;)) comprendáis un poco mejor su actitud. Dicen que la paciencia es la madre de todas las ciencias y nosotros deberíamos, desde luego, ser pacientes e intentar colaborar con los PMs. Ambos jugamos en el mismo equipo, queremos que el proyecto llegue a buen puerto y, tengamos o no los mismos intereses, sí tenemos un mismo objetivo, que es hacer lo mejor posible nuestro trabajo. Por eso, debemos intentar hacernos la vida más fácil el uno al otro para que nuestro trabajo sea lo más agradable posible. Así que ya sabéis, cuando estéis ante un proyecto complicado o el PM haga algo os cabree, pensad en lo que acabáis de leer. Poneros en su lugar por un momento: no se lo hagamos todavía más difícil, su trabajo ya es lo suficientemente duro como para que se lo compliquemos más de la cuenta J.

Siento haberme explayado tanto, pero quería explicaros con detalle la situación que personalmente he conocido para que os metierais en la piel de los PMs en la medida de lo posible. En la siguiente entrada, que prometo que será más corta, veremos varios consejos prácticos para negociar, tratar o colaborar conjuntamente en proyectos con los PMs, ahora que ya conocemos un poco más su situación y su trabajo. ¡Hasta la próxima!