Todos sabemos lo difícil que es abrirse camino en el mundo de la traducción. Empezar a conseguir contactos en las agencias de servicios lingüísticos puede llegar a ser frustrante. Durante semanas, o meses, dedicas tus días al envío masivo de currículos y a realizar innumerables tests de traducción o corrección que, en su mayoría, por supuesto, no te pagan. En fin, podríamos decir que dedicarte a buscar contactos es un trabajo esencial, aunque no remunerado, por el que todos hemos o tendremos que pasar algún día… No sé si os habrá ocurrido a vosotros, pero cuando ves que pasan las semanas y no recibes ni una sola petición de proyecto de ninguna de las agencias a las que has escrito durante meses, la desesperación llega a apoderarse de ti por momentos. Cada mañana, como un autómata, antes ni si quiera de desayunar o lavarte la cara, compruebas si algún alma caritativa se ha dignado a leer tu CV o tu prueba de traducción y te ha escrito un correo pidiéndote que te hagas cargo de algún proyecto, por pequeño o cutre que sea. Pero solamente encuentras correos automáticos dándote las gracias por tu tiempo e informándote de que pasarás a formar parte de su base de datos (si es que se han dignado a contestarte...).
Sin embargo, todo esfuerzo tiene su recompensa y un día, después de los 250 formularios que has rellenado por internet y de modificar 100 veces esa plantilla de carta de presentación para cada agencia, cuando ya casi habías perdido toda esperanza y te veías trabajando en un McDonald’s durante el resto de tu vida, recibes un correo de una de esas agencias preguntándote si tienes disponibilidad para ocuparte de un proyecto: ¡POR FIN! ¡DIOS HA ATENDIDO MIS PLEGARIAS! Pero, a pesar de la alegría inicial y el impulso incontrolable de decir: ¡SÍ, QUIERO!, te aconsejo que no te dejes llevar por este primer momento de felicidad y te andes con ojo, o quizá tengas una primera experiencia traumática en esto de la traducción. Así que, seas nuevo o no en esto, no estaría de más que te plantearas algunas preguntas que al menos yo considero esenciales al aceptar un proyecto y cuyas respuestas pueden afectar de manera decisiva a la calidad de tu trabajo:
1) ¿Entiendes en qué consiste el proyecto?

2) ¿Cuál es el número exacto de palabras a traducir/corregir?

Conocer el número de palabras que tienes que traducir o corregir te ayudará a hacerte una idea del tiempo que te puede llevar terminar el proyecto. Si creas una plantilla mensual dividida en días y horas, en Excel, por ejemplo, puedes planificarte de una forma más clara el tiempo que puedes dedicar a los proyectos diariamente, vaya, ¡tipo el horario que teníamos en el cole! :) Estima que, de media, se traducen unas 300-500 palabras a la hora, dependiendo de la dificultad del texto, la información que necesites consultar, la experiencia y la destreza personal de cada uno, y se corrigen unas 1000-2000 en el mismo tiempo, aproximadamente.
Nota: aclaro que estas cifras que menciono son meramente orientativas y basadas en mi experiencia personal y que pueden variar de manera significativa en el caso concreto de cada lingüista, por supuesto.
Nota: aclaro que estas cifras que menciono son meramente orientativas y basadas en mi experiencia personal y que pueden variar de manera significativa en el caso concreto de cada lingüista, por supuesto.
3) ¿Qué me van a pagar?
En la mayoría de las agencias se ofrece una tarifa fija por palabra u hora dependiendo de la combinación lingüística y del tipo de proyecto. Asegúrate de que las tarifas te parecen justas y más o menos rentables antes de aceptar el trabajo. Muchas veces, las agencias pagan precios irrisorios por los que no vale la pena ni levantar el dedo del teclado para contestar su correo electrónico. Por supuesto, las tarifas varían dependiendo del tipo de trabajo que te solicitan. Justamente, hay una entrada en el blog de Pablo Muñoz sobre este tema que es muy interesante. Ten en cuenta que, por muy nuevo que seas en esto, no debes reventar precios para ganar clientes. Al contrario, has de hacerte valer por la calidad de tu trabajo. Por ejemplo, ofrecer una tarifa de traducción inferior a 0,05 euros por palabra a la larga te perjudicaría, puesto que después te será mucho más difícil subirla y además, no darías una imagen profesional, sino más bien de un traductor barato, y puedes hacer dudar incluso de la calidad de tu servicio.
4) ¿Cuál es la fecha de recepción y entrega del trabajo?

Nota: está claro que siempre puede haber retrasos. Si se da el caso, asegúrate de contactar con el PM/cliente con tiempo suficiente para que te informe del estado del archivo y podáis acordar una nueva fecha de entrega si fuera necesario.
5) ¿Debo seguir instrucciones o comprobar algún material de referencia?

Una vez dispones de toda esta información es cuando verdaderamente puedes decidir si te comprometes o no a colaborar en un proyecto, ya que tendrás una idea más que aproximada del trabajo que tienes que realizar y de las condiciones que aceptas J. En la próxima entrada, veremos qué pasos sería recomendable seguir una vez nos hemos decidido a aceptar el proyecto para evitar problemas potenciales y sacar el máximo partido a nuestro tiempo. ¡Hasta la próxima!
Agree, agree, agree... ¡Con todo! :) Hay que tener siempre TODA la información, sobre todo porque no sería la primera vez que me dicen: ¿Puedes traducir un documento de unas 1000 palabras para dentro de tres horas? Y piensas, bueno, un poco justo pero sí, puedo. Cuando te envían el documento, te das cuenta de que son 1950, que serían, más bien, unas 2000. Y ya te jode todo, porque no te da tiempo.
ResponderEliminarYo añadiría que, además de darte el número de palabras, deberían decirte si hay repeticiones o no, y si las tienen en cuenta a la hora del cómputo de palabras o, incluso, para cobrártelas o no (aunque yo estoy en contra de que no se me paguen por los «matches» y «fuzzy matches» porque SIEMPRE los reviso, por si acaso).
Bueno, a ver qué nos cuentas en la próxima :)
Gracias, Curri. Toda la razón, las fuzzy matches muchas veces ni te las mencionan, ni te las pagan :) Y sin embargo, para ahorrarte problemas y si verdaderamente eres un buen profesional, has de revisarlas a conciencia... He atendido varias quejas de clientes porque ha habido lingüistas que no han revisado las fuzzy matches y como consecuencia, el resultado de la traducción no ha sido demasiado bueno. He de decir, sin embargo, que en algunas agencias de servicios lingüísticos sí se preocupan de informarte sobre este dato afortunadamente e incluso te las pagan ;)
ResponderEliminarEs muy triste esta expresión, que en algunas agencias "incluso te pagan las fuzzies". Tras mis 25 años de profesión que llevo, creo que puedo afirmar con bastante rotundidad que las fuzzies medias-bajas son tan o más laboriosas que las palabras nuevas, hasta el punto que muchas empresas las pagan como nuevas. No puedo concebir la posibilidad de que no me paguen las fuzzies. Eso tiene un nombre, usurería. ¡¡¡Nunca lo permitáis!!!
ResponderEliminarMuy buenos consejos Vanessa. Son de sentido común pero no está de más recordarlos para evitar sorpresas desagradables ni malentendidos :)
ResponderEliminarPues sí, Pas, la verdad es que es bastante triste, pero en muchos casos, es la realidad. Tienes toda la razón, las fuzzies medias o bajas muchas veces no valen ni la pena y dan más faena que si no las tuviéramos :)
ResponderEliminarGracias por pasarte, Lluís :)
ResponderEliminarAysss, Paloma_Lorena, no has comentado las veces que el material de referencia es más largo que el Quijote y para hacer una traducción de 500 palabras tienes que haberte leído antes una Guía de estilo de 300 palabras, unas instrucciones que ni que fueras a pilotar un caza, unos listados desordenados de terminología y mil documentos más. Total, que te pasas 3 horas leyendo, para hacer una traducción de una hora y encima no te pagan por el tiempo invertido. Yo en esos casos, rechazo el trabajo, a no ser que haya trabajado para el mismo cliente en proyectos grandes en los que me haya compensado toda la parte de documentación previa y entonces ya simplemente vaya a consultar cosas completas de las que no acabo de estar segura.
ResponderEliminarHaces bien, Judit, yo también lo haría si pudiera (más que nada para ahorrarme tiempo en leer de más je je je) El material ideal que deberían enviar tendría que ser conciso y claro, con lo estrictamente necesario para poder realizar bien el trabajo. Yo prefiero los glosarios por esa razón: si dudas en un término, lo compruebas, en lugar de documentos de 3000 palabras + guía de estilo + 5 hojas de instrucciones. A mí es que normalmente me dejan computar el tiempo de consulta, por eso no tengo problema en revisar referencias... Pero está claro que si ese tiempo que inviertes no te lo pagan, es mejor que no se acepte el trabajo si has de consultar demasiadas referencias, porque no te sale rentable.
ResponderEliminarEstá claro, regla número 1 del traductor, si sabes de antemano que no vas a poder llevar a cabo el trabajo por tiempo/programa de traducción/tema/etc. es preferible no aceptarlo. Mejor decir un "no" a tiempo que luego recibir quejas por parte de un cliente.
ResponderEliminarSobre lo de las guías de estilo yo creo que a veces merece la pena leerse 10 hojas para traducir 500 palabras, porque luego normalmente te envían más trabajo del mismo cliente (y de más palabras) ya que lo conoces. Está claro que si cada día te mandan una cosa así, es muy frustrante, pero a la larga yo creo que compensa.
Desde luego, Aitzi, nuestra reputación se basa en nuestro trabajo y es preferible, como dices, no aceptar algo que no estás segura si harás bien al 100% que decir que sí y hacerlo regular o mal...
ResponderEliminarLo del tema de las referencias es que es un poquito peliagudo. Yo estoy acostumbrada a leerme hojas y hojas y glosarios y más glosarios a diario, pero comprendo que si te mandan algo puntual y ni si quiera tienes la certeza de que sigan contando contigo para llevar los proyectos de ese cliente, es una pérdida de tiempo. Sin embargo, es lo que dices, normalmente, los mismos traductores se ocupan del mismo cliente si queda contento, para evitar problemas justamente de inconsistencia y en ese caso, estoy totalmente de acuerdo en que sí que vale la pena "sufrir" las odiosas referencias :)
Gracias por la referencia al programa PractiCount & Invoice; ahora le echo un vistazo porque puede ser muuuy útil. :-) Y gracias por tu artículo; pueden ser cosas de sentido común, pero a veces está bien recordarlas o, en el caso de traductores noveles, tenerlas en cuenta.
ResponderEliminarGracias, Esther :) ¡Me alegro de que la referencia te haya podido resultar útil!
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