miércoles, 27 de abril de 2011

Lingüistas vs. Jefes de Proyecto: ¿en qué equipo juegas?

¿Quién no ha sentido ganas de «ahogar» a algún jefe de proyecto (Project Manager, PM) alguna vez? ¿Quién no se ha sentido impotente al intentar explicarle algún problema o duda relacionada con el proyecto que estamos llevando a cabo a un PM cuando vemos que ni si quiera ha abierto el archivo que nos ha enviado? Seguramente todos nos hemos enfrentado a alguna situación problemática con alguno de estos profesionales y hemos pensado: «¿Pero por qué es tan incompetente?» Pues bien, está claro que en todas las profesiones hay muy buenos, buenos, mediocres y no tan buenos profesionales, pero quizá, conocer un poco más de cerca cómo funciona, en líneas generales, el día a día de los jefes de proyecto, esos «salvadores» que nos proporcionan trabajo a diario y que son, en mi opinión, los grandes incomprendidos de esta cadena, nos ayude a ser un poco más tolerantes con ellos en este tipo de situaciones. Aunque penséis que quizá esto os resulte inútil y que cada uno debe apañarse con su trabajo, os aseguro que leer esto os ayudará a comprender el porqué de muchas de sus actitudes y a cómo utilizar esta información para hacer vuestra vida más fácil, que es, a fin de cuentas, lo que nos interesa.

Mi trabajo en una multinacional de servicios lingüísticos me ha permitido ver cómo trabajan estos profesionales de cerca, y os aseguro que su trabajo no es para nada idílico. Al menos, en el caso de los PMs que trabajan para agencias de traducción grandes, con un flujo de proyectos para gestionar elevado. Ahora me diréis: «Tampoco lo es el mío: es estresante y debo adaptarme a ajustadas fechas de entrega y, encima, tengo dudas que el PM no sabe solucionar, lo que resulta en una pérdida de tiempo». Y no os lo voy a discutir, tenéis razón, pero aún así, os aseguro que nuestro trabajo no tiene nada que ver con el suyo y es bastante más agradable.

Entre las funciones de un jefe de proyecto se encuentran: el envío de solicitudes de proyectos a lingüistas que tienen que buscar en las extensas bases de datos de la empresa; la comprobación de que sus tarifas se ajusten al presupuesto que le ha proporcionado el responsable de ventas para poder llegar al margen interno obligatorio de beneficio de la empresa (muchas veces han de negociar la tarifa con el lingüista porque los clientes disponen de presupuestos irrisorios; supongo que alguna vez os habéis encontrado con PMs que os han suplicado para que le aceptéis una tarifa, con la consecuente pérdida extraordinaria de tiempo que les supone colocar el proyecto); la atención de llamadas telefónicas por parte de responsables de ventas, histéricos por un retraso de cinco o diez minutos en una entrega; o la asistencia a sesiones de formación internas para aprender a manejar programas nuevos. Además, han de hacer un seguimiento continuo de todos y cada uno de los proyectos de los que se hacen cargo, que normalmente son muchísimos y en varios idiomas y, por si todo esto no fuera suficiente, deben ocuparse de las preguntas que los lingüistas puedan tener respecto al archivo en que están trabajando, así como de las posteriores dudas que pueda tener el responsable de ventas y potenciales quejas del cliente. Tras el proceso de traducción y corrección, y antes de la entrega a ventas, el PM debe repasar el texto y arreglar los posibles errores de formato que los lingüistas hayamos podido pasar por alto, así como comprobar que no falte texto y que la tipografía se ajuste al texto original. Y, por si fuera poco, también ha de actualizar las memorias de traducción internas, en caso de que se haya utilizado algún programa de traducción asistida, y almacenar, donde corresponda, los archivos del proyecto.

Pero todo esto que no parece tan complicado, y que meramente aparenta basarse en una buena organización por parte del PM, se puede complicar. Por ejemplo, cuando nos surge una duda en una traducción que no podemos solucionar por nosotros mismos, nuestra única salida es consultarla con el PM. Como los pobres tampoco son adivinos y muchas veces ni si quiera tienen contacto directo con el cliente, deben recurrir al responsable de ventas y esperar a que él mismo consulte la duda con este, que muchas veces, no sabe ni lo que quiere pero sí tiene claro que paga para que le solucionemos la vida y lo adivinemos. Resolver este problema puede ocupar un tiempo considerable que puede llegar a afectar a la fecha final de entrega del proyecto, por supuesto… Pero todavía puede complicarse más… Si a todo esto le sumamos que el cliente cambia de idea y, en vez de querer el archivo a las cuatro, ahora lo quiere a las dos, que se le ha ocurrido añadir un archivo nuevo y lo quiere traducido a la misma hora que el resto o que al traductor se le ha estropeado el ordenador, no le funciona el programa de traducción asistida o se le ha olvidado traducir una página… ¡puede que al jefe de proyecto le dé un paro cardíaco! Con lo que acabo de comentar, quizá comprendas por un segundo el estado de nervios y agobio que puede llegar a experimentar el pobre jefe de proyectos y lo agobiado que se debe sentir con tanto proyecto urgente y retrasos, entre otros contratiempos. Además, el responsable de ventas no es tampoco demasiado comprensivo, cosa que podemos llegar a entender, ya que es el que da la cara con el cliente, y normalmente, no se toma demasiado bien el que le retrasemos las entregas, sea cual sea la razón… El PM, por tanto, no puede acudir a nadie para pedir ayuda, y todos estos problemas debe solucionarlos él mismo.

Otro problema al que todo PM se enfrenta alguna vez en su vida es que le asignen un trabajo de otro compañero que está enfermo o de vacaciones, del que no tiene información suficiente y al que no le puede dedicar mucho tiempo porque, además, tiene que ocuparse de sus propios proyectos. Os confieso que he visto llorar a muchos de ellos porque la situación de estrés a veces les supera, no pueden cumplir los plazos de entrega y no es para nada agradable tener que lidiar con los lingüistas, los responsables de ventas, o su propio jefe de equipo. Hay que tener en cuenta, además, que en las empresas más grandes hay también diferentes turnos de PMs que trabajan por la mañana, por la tarde, por la noche o durante el fin de semana. Estos equipos por turnos se pasan los trabajos los unos a los otros y, en muchas ocasiones, la persona a la que le asignan el proyecto no dispone de unas instrucciones claras para pasarle al lingüista porque seguramente el PM del turno anterior, encargado inicialmente del proyecto, cansado de trabajar más de las ocho horas correspondientes, ha olvidado dejarle las mencionadas indicaciones…

A pesar de todo, os imaginaréis que esto es irrelevante para el cliente, que paga por un servicio, irrelevante para el responsable de ventas, que necesita que se entregue el proyecto en el plazo acordado para no quedar mal con el cliente, e irrelevante incluso para nosotros, los lingüistas, que queremos que nos solucionen las dudas lo antes posible para poder continuar con el resto de nuestros proyectos, sin tener en cuenta, muchas veces, que no es nada fácil para un PM ocuparse de todas estas tareas a la vez y que, para nada, es su intención hacernos perder el tiempo. Simplemente, trabaja lo mejor que puede dadas las circunstancias. Además, hemos de tener en cuenta también que muchos de estos coordinadores o jefes de proyectos, por las circunstancias diarias en las que trabajan, cambian con bastante frecuencia de trabajo, y son sustituidos por personal nuevo, que necesita un tiempo de adaptación y que, claramente, no lo tiene, ya que debe cumplir con las mismas funciones del anterior PM que llevaba dos años en la agencia. Así que, imaginaos si ya es difícil para un PM experto manejar la situación, cómo será para uno que no lo es, que debe ponerse al día rápidamente.

Espero haber ayudado a dar conocer un poco más el trabajo tan duro que realizan estos profesionales. Quizá ahora, cuando estéis esperando una contestación por correo, o no puedan atenderos por teléfono, o se equivoquen al enviaros la orden de compra (si es que tenéis la suerte de que os la envían cuando corresponde… ;)) comprendáis un poco mejor su actitud. Dicen que la paciencia es la madre de todas las ciencias y nosotros deberíamos, desde luego, ser pacientes e intentar colaborar con los PMs. Ambos jugamos en el mismo equipo, queremos que el proyecto llegue a buen puerto y, tengamos o no los mismos intereses, sí tenemos un mismo objetivo, que es hacer lo mejor posible nuestro trabajo. Por eso, debemos intentar hacernos la vida más fácil el uno al otro para que nuestro trabajo sea lo más agradable posible. Así que ya sabéis, cuando estéis ante un proyecto complicado o el PM haga algo os cabree, pensad en lo que acabáis de leer. Poneros en su lugar por un momento: no se lo hagamos todavía más difícil, su trabajo ya es lo suficientemente duro como para que se lo compliquemos más de la cuenta J.

Siento haberme explayado tanto, pero quería explicaros con detalle la situación que personalmente he conocido para que os metierais en la piel de los PMs en la medida de lo posible. En la siguiente entrada, que prometo que será más corta, veremos varios consejos prácticos para negociar, tratar o colaborar conjuntamente en proyectos con los PMs, ahora que ya conocemos un poco más su situación y su trabajo. ¡Hasta la próxima!

23 comentarios:

  1. ¡Lorena! Digo Paloma... Ay, no ¡Vanessa! Me alegra que hayas dado este paso, ahora a ser constante que es lo más difícil (por eso no empiezo yo, jeje).
    A ver si un día te vienes a Castellón y comemos juntas o algo :-)

    Judit

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  2. ¡Muchas gracias, Judith! La verdad es que estoy ilusionada. Es un esfuerzo extra teniendo en cuenta todo el trabajo que tengo, pero creo que me merecerá la pena.

    Lo de ir a Castellón a comer está hecho, además ya sabes que voy mucho por allí ;) Igualmente, estás invitada a comer paellita en Valencia.

    Un beso,

    Vanessa.

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  3. Qué bueno, eso de querer ahogar a un PM lo he sentido tantas veces... Ja, ja, ja, pero seguro que también han querido ahogarme a mí cuando lo fui. Lo importante es estar en el mismo equipo, al fin y al cabo, somos todos eslabones de la misma cadena ;-).
    ¡Mucha suerte con el blog!

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  4. ¡Gracias a ti por leerme y ayudarme en todo lo que puedes, Sandra! Espero que te haya gustado la entrada; Curri dice que he sido demasiado benevolente con los PMs, ¡pero yo sentía la necesidad de echarles un capote! Tampoco he mentido en nada... ¡me he limitado a contar mi experiencia!

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  5. Me encanta el monstruito cibernético traductoril que estoy creando, muhahahaha ;)

    Muy bien, Vanessa. Estoy muy orgullosa de ti, ya lo sabes. Y a ver si, al final, nos podemos dar el salto ese a Valencia en septiembre, y vamos a Castellón a comer con Judit :)

    Y sí, demasiado benevolente con algunos PMs. Pero sí, sé que muchos se lo curran un montón, peeeero, también hay mucho inútil suelto, como en todos los trabajos, claro.

    Un besote.

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  6. Curri, yo es que he estado en ambos lados y conozco un poco el lado oscuro del PMing... Ya te digo, que como en todos los lados, hay de todo y también cada monstruito que pa'qué. Por cierto, estaré en Londres pronto, si necesitas que le dé algo a Vane o que ella te lo dé a ti... Avisadme ;-).

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  7. ¡Hola Vanessa!

    Lo primero darte la enhorabuena por el blog, me gusta mucho el diseño y los colores ¡y estoy segura que vas a contar multitud de cosas interesantes!... En el fondo creo que a todos nos gustaría tener un blog pero pocos son los que realmente se lanzan... Yo me he prometido a mí misma que en cuanto acabe la carrera (junio) me lanzaré también a la blogosfera, ¡y sin red ni nada! ;-)

    Me ha gustado mucho esta entrada, muchas veces no nos cuentan cómo es realmente el trabajo de los PM, y por lo que he visto y por lo que leo también de tí no es para nada un camino de rosas...

    Lo dicho: suerte, paciencia y constancia con el blog. ¡A mis marcadores vas!

    Un saludo.

    Nathalie.

    Por cierto, yo también estuve en las charlas de ASETRAD de Valencia aunque no me apunté a esas mega comidas y cenas que he visto que se montaron jeje... a la próxima no se me escaparán.

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  8. ¡Muchas gracias, Nathalie! Me alegro de que te haya gustado mi entrada y la hayas encontrado útil, a ver si poco a poco voy mejorando y escribiendo más cositas... Tengo mucho que decir, ¡pero el cómo se hace también es importante! Vaya, me hubiera encantado conocerte en persona, espero que haya una próxima vez y te apuntes a las comidas y cenas, ¡es la mejor manera para conocer a gente!

    ¡Un saludo!

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  9. Carai Vanessa, ¡esto sí que es empezar por todo lo alto!

    Muy completa y extensa la entrada. Está claro que el pobre PM está en medio de todo el proceso y recibe por todos los lados (plazos imposibles, exigencias sui generis, etc.). Lo he vivido por los dos lados y, a menudo, con personalizar un poco las comunicaciones ("que tengas un buen día Paco", "feliz Día de la Virgen de Guadalupe María") ya sirve para que el pobre lingüista no se sienta atacado por el PM maloso :)

    La verdad es que no es fácil. Además, en el contexto de una empresa multinacional como tú dices, parece que se limite a un trabajo de oficina monótono y que tanto daría asignar traducciones como fabricar churros.

    En fin, que ¡animo a todos esos PM puteados! :D

    Saludetes,
    Lluís

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  10. ¡Gracias por pasarte, Lluís! Pues sí, el estrés provoca malentendidos muchas veces y esto influye negativamente en el trabajo por ambas partes, así que lo mejor es tener empatía, y no perder la cordialidad en las comunicaciones, sobre todo. Sé que esta entrada ha sido muy extensa... pero prometo sintetizar más en la próxima que, por cierto, tendrá mucho que ver con lo que hablabas sobre la personalización de las comunicaciones ;)

    ¡Un saludo!

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  11. Es que el malo de la historia no es el PM, sino el jefe que le hace trabajar en esas condiciones. Y ese sí que ni abre un fichero, ni entiende de idiomas, ni suele tener formación lingüística, ni sabe cuánto se tarda en hacer una traducción, ni valora el trabajo de PMs ni lingüistas... Te lo dice una que ha estado de PM y de revisora en 3 agencias distintas, y las tres veces igual.

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  12. Desde luego, María, el trabajo del PM no está lo valorado que debería estar, estoy totalmente de acuerdo...
    Muchas gracias por leerme :)

    Un saludo.

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  13. ¡Hola Vanessa!

    Me gustó mucho tu artículo, me sentí identificada. ¡Un poco de piedad con los PMs! También somos seres humanos :)

    Saludos desde Argentina.

    Soledad.-

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  14. Gracias por tu comentario, María Soledad :)
    No sé si decirte que me alegro o no me alegro de que te sientas identificada :) ¡Más que nada porque la situación que describo no es demasiado agradable!

    Un saludo

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  15. Isabel García me ha enviado esta reflexión por correo, ya que blogger le ha jugado una mala pasada y no la puede publicar, a ver qué os parece. Yo estoy muy de acuerdo con ella, desde luego.


    Hola, Vanessa:

    ¡Bienvenida a la blogosfera! Me ha gustado mucho tu primera entrada, porque debo confesar que desconocía en gran medida los entresijos del trabajo de los gestores o jefes de proyecto. No obstante, después de haber leído tu artículo, me reafirmo en varias ideas que tengo desde hace tiempo:

    1) La presencia de intermediarios entorpece el proceso de traducción. Cuanto más eslabones tiene la cadena (cliente, PM, traductor, revisor, responsable de ventas, etc.) y cuanto más incomunicados están estos entre sí, menos fluido es el trabajo, más lenta es la resolución de problemas y más difícil es que todo salga bien a la primera.

    2) Trabajar para multinacionales de servicios lingüísticos es cómodo por la cantidad de trabajo que proporcionan y la variedad de este, pero es un engorro desde el punto de vista metodológico. El proceso de trabajo está demasiado encorsetado y regulado (por ejemplo, en cuanto al procedimiento para enviar dudas sobre los trabajos, la forma y el plazo de envío de las facturas, etc.). Es lógico que así sea dado el tamaño y el flujo de trabajo de dichas empresas, pues de lo contrario sería un caos, pero muchas veces todas esas normas que hay que acatar suponen una lata para el traductor.

    3) Cuanto más grande es la empresa de traducción, más difícil es negociar tarifas, plazos de entrega, etc. En la mayoría de los casos las condiciones vienen impuestas y hay muy poco margen de maniobra. En consecuencia, a veces da la sensación de que uno es un empleado asalariado de dichas empresas en vez de un traductor autónomo que les presta un servicio con una relación proveedor-cliente.

    4) Tengo la sensación de que las multinacionales de servicios lingüísticos (o al menos algunas de ellas, no vamos a generalizar) tienen poca mano izquierda con los clientes finales o bien intentan contentarlos a base de prometer imposibles. En general me da la impresión de que se trabaja con plazos demasiado ajustados y con poco margen de maniobra en caso de imprevistos. Claro, el hecho de que intervengan demasiadas personas en el proceso ralentiza todo el trabajo, por lo que si no queremos dilatarlo demasiado es necesario que todos los implicados trabajen con celeridad. Nuevamente se pone de manifiesto que cuantas más personas haya por en medio, peor.

    5) En cuanto a las tarifas y otras condiciones, si el cliente final cuenta con un presupuesto irrisorio, propone un plazo de entrega imposible, quiere adelantar la fecha de entrega acordada o pretende colar archivos adicionales y esto no es factible, ¿por qué no se le dice simplemente que no en vez de aceptar sus condiciones y luego trasladar toda esa presión a los demás eslabones de la cadena?

    Vaya, menuda reflexión me ha salido. Quizá tú, Vanessa, como empleada de una multinacional de servicios lingüísticos, puedas confirmar o desmentir algunas de mis conjeturas. La verdad es que es un tema muy interesante. :-)

    Saludos,
    Isabel

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  16. Y en cuanto al último punto, Isabel, he de decir que esa pregunta me la he formulado en numerosas ocasiones: ¿Por qué no se le puede decir NO a un cliente? Pues supongo que ambas sabemos la razón... Una agencia de servicios lingüísticos es sencillamente eso, una empresa :) Deben mantener su reputación, evitar pérdidas, y el interés sobre todo de estas grandes multinacionales está en conservar a sus clientes. Un cliente descontento supone pérdidas potenciales, ya que el boca a boca es muy importante también en este mercado. Así pues, la mayoría de estas empresas se ven "obligadas" a decir SÍ a la mayoría, si no a todas, las exigencias del cliente con tal de dar una imagen lo más profesional posible y las consecuencias de los caprichos del cliente desgraciadamente acaba sufriéndolas el PM, los lingüistas y por qué no, el responsable de ventas, que al fin y al cabo, es el que tiene que dar la cara...

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  17. Un servidor ha sido PM de varias multinacionales durante poco más de quince años, y antes todo eso que describes se hacía a mano, y no nos quejábamos. Y comparto plenamente la opinión de Curi.

    Hoy, si un PM tiene los problemas que describes, es porque no está capacitado para ese cargo. Por una parte, un PM no tiene porque corregir absolutamente nada. Para eso están los correctores, editores y maquetadores. Por la otra, un PM con un mínimo de experiencia lo primero que hace es exigir una persona de contacto en la empresa cliente para resolver cualquier duda o problema que pueda surgir a lo largo del proyecto.

    Tampoco tiene que actualizar memoria de traducción alguna, si los directivos de la empresa de traducción tienen los dos dedos de frente suficientes como para compartir sus memorias de traducción centralizadas con las de sus colaboradores por medio de una red privada virtual. Across, por ejemplo, permite importar una memoria TMX y guardar automáticamente en una memoria aparte las unidades de traducción dudosas. Trados puede configurarse, desde la versión 2007, como cliente de un servidor externo por medio de la opción Archivo -> Conectar…, etc.

    Si el cliente tiene un presupuesto irrisorio, lo mejor que puede hacer el PM es decirle al responsable de ventas que deje de perder su tiempo y el de los demás, y que se dedique a buscar otros clientes más rentables, en lugar de a venir con exigencias a precio de saldo. Saldrán beneficiados todos: en primer lugar, la empresa; luego sus PM y empleados directos y, finalmente, sus colaboradores externos.

    Por último, algo que se ha obviado aquí, pero que es evidente, es que un PM debe entender y saber manejar al dedillo los «programas de gestión de proyectos», tales como Microsoft Project, Projetex, etc. Y, entonces, no tiene que buscar en extensas bases de datos (se crean una vez y se actualizan una vez o dos al año), ni hacer malabares con presupuestos ajustados (o hay dinero o no hay dinero para llevar a cabo un proyecto y punto), ni tiene que planificar a ojo de buen cubero los plazos de entrega, porque sabe de antemano como deben y puedan asignarse los recursos, tanto humanos, como económicos, como de tiempo.

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  18. ¡Hola Vanesa!

    Me ha gustado mucho tu artículo. Después de haber estado en ambos lados (primero como PM y ahora como autónoma), te das cuenta de lo importante que es una buena gestión y estoy de acuerdo con Isabel en que cuanta más gente por medio, mayor es la dificultad de cumplir con los plazos de entrega.
    Según mi experiencia, el trabajo de PM es en muchos casos algo temporal, y dada la cantidad de gente que entra y sale de las empresas a veces resulta complicado llegar obtener un proceso de gestión óptimo.
    Para mí, sobre todo en los periodos de vacaciones de otros compañeros, el estrés era el día a día y es un trabajo que quema mucho, más por parte del cliente que por parte de los traductores, que, en mi caso, eran muy buenos profesionales y muchas veces tenías demasiada paciencia..:-)
    Te deseo mucha suerte en esta etapa bloggera, yo también estoy en ello, a ver si algún día publico mi primer artículo.

    ¡Un saludo!

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  19. Madre mía, cuantísimos comentarios. ¡He creado a un monstruo imparable! ;)

    Pablo, me alegro de que estés de acuerdo conmigo, aunque solo quiero aclarar una cosa. Tal y como describes lo que un PM puede o no puede hacer, me da la sensación de que siempre has trabajado para empresas en las que no se hace eso (actualizar las memorias, corregir/dar un último repasón al texto, utilizar programas de gestión...). Sinceramente, en muchas empresas con las que yo colaboro seguramente no tengan ni tiempo para abrir un programa de gestión. En otras agencias, si tienen suerte, tienen una persona encargada solo de las memorias. Pero es que hay muchísimas agencias que no trabajan con memorias (por ejemplo, en videojuegos, yo he trabajado con algunas. Ellas no tendrán, pero yo sí, porque es parte de mi trabajo repetir cien mil veces: «Pulsa A para continuar». Pero que la empresa lo haga o no, ahí ya no me meto. Sobre lo de repasar el texto, creo que la mayoría de los PM lo hacen o tienen que hacerlo, y tiene su lógica. El corrector puede no haberse dado cuenta de algo que, al ver todos los idiomas en el excel, uno al lado del otro, sí lo ves. Por ejemplo (y hablo otra vez de videojuegos porque es lo que más sé), PlayStation va escrito SIEMPRE con una (R), y a lo mejor el texto original no lo tenía y tres traductores no lo pusieron (porque lo mismo eran novatos en el mundo de los videojuegos) y el cuarto traductor sí que lo pone, entonces el PM al verlo, se le enciende la bombilla y lo cambia en los otros tres idiomas (más el inglés). Vamos, un ejemplito muy fácil.

    Con esto vengo a decir que cada empresa es un mundo. Muchas escatiman en PMs y encargados para ahorrar dinero. Otras tienen a los mismos PMs traduciendo para, así, no tener que enviar las traducciones a los traductores y se ahorran pasta (una pasta gansa, gansa). Otras tienen solo a becarios trabajando y luego se las envían a correctores externos (a los que, claro, les pagan menos) para que las corrijan (y tienen un texto maravillosísimo a un bajo coste).

    No, no he trabajado como PM en ninguna agencia, pero en mis pocos años de autónoma, me he topado con todo tipo de agencias, desde agencias enanas de 4-5 personas a grandes multinacionales que te piden 4000 palabras para entregarlas a la perfección en 8 horas y se la suda si tienes dudas o problemas, o incluso que tengas una memoria que lleva un mes sin actualizarse. Por no contar de los PMs que te dicen que, como el alemán pone las mayúsculas en los nombres, tú TIENES que hacer lo mismo...

    Así que, a todo esto, lo que dice Isabel es verdad: cuanta menos gente de por medio, mejor :)

    En fin, que me estoy embrollando.

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  20. Muchas gracias por leer la entrada y comentarla, Pablo y Aitzi y bueno, Curri :) Me parece muy interesante lo que comentáis. La verdad es que cada empresa es un mundo. Yo desde luego hablo en líneas generales, por el contacto que he tenido con PMs varios que para nada pienso que no fueran buenos en sus trabajos, simplemente, las condiciones no son siempre las más favorables para que puedan desempeñarlo de la manera más fácil. Como comentaba Curri, cada empresa tiene unas exigencias, desde luego. Actualmente, la mayoría de PMs se ven obligados a actualizar memorias, repasar el texto, arreglar formatos, etc. Lo digo más que nada porque trabajo a diario con ellos y lo sé de buena tinta. No sé cómo funcionaría antes y tampoco conozco las directrices por las que se rigen todas y cada una de las empresas de este campo, claro está, así que solamente puedo hablar desde mi propia experiencia personal :)

    Un saludo

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  21. Hola Curri y resto de colegas: en las empresas que he trabajado sí que se hacía todo eso (y más), pero la definición de lo que es tarea y responsabilidad de cada uno también estaba «muy bien definida desde buen principio».

    No estoy evaluando aquí el trabajo de los PM (que me consta que trabajan y muy duro), sino de la filosofía empresarial para con los mismos, y de estos para con la empresa. No se puede, ni se debe, exigir a un PM que haga las tareas de los demás y, además, creo que un buen PM debería negarse en redondo a asumir responsabilidades que no sean las directamente inherentes a su cargo o de su responsabilidad.

    Los vendedores están para vender, los traductores están para traducir, los correctores están para corregir, los maquetadores para maquetar y los PM para gestionar, supervisar y llevar a buen fin los proyectos de traducción que tengan encomendados. Si un PM tiene que perder su tiempo en decirle a un vendedor que el fin de la empresa es obtener beneficios localizando y colaborando con clientes rentables, tener que hacer malabares para concordar presupuestos irrisorios con traductores dispuestos a trabajar por precios ridículos, corregir miles de páginas porque los correctores o editores no han hecho sus deberes, revisar la maquetación para que esta sea correcta, etc. apaga y vámonos.

    Un servidor tiene entre sus clientes a una agencia muy pequeña. Trabajo para ellos vía cliente/servidor con lo cual, si sale una propuesta incorrecta, la corrijo en mi traducción, y se corrige inmediata y automáticamente en el servidor. Así que, si han elegido bien a sus colaboradores, no necesitan actualizar nada en las memorias. No sólo eso, sino que, además, los plazos de entrega son siempre razonables, tienen un capacidad comunicativa excelente y pagan bien y puntualmente, cuando no con antelación. Es decir, para un servidor, es la empresa ideal con la que colaborar.

    Si una empresa, con solo tres personas en plantilla, puede tener esa excelencia en la gestión … ¿por qué no puede tenerla una empresa grande con muchos más recursos de todo tipo?

    Probablemente, cuestión de «entropía»… ( http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&TIPO_BUS=3&LEMA=entrop%C3%ADa )

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  22. la verdad que incluso para los que no sabemos mucho de este mundillo, no nos viene de más saber que detrás realmente hay trabajo que muchas veces no valoramos ya que no lo vemos y nos dejamos llevar por nuestra impaciencia o las prisas.
    también me gustó mucho que nos pusieras un poco en "camisa" de todo aquello que hay tras los papeles, toda informacion es buena y de todo se aprende!!

    un beso!

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  23. Pablo: Ahí te doy la razón. No se trata de lo grande o pequeña que sea la empresa sino la filosofía que tenga. Yo también trabajo con alguna empresa pequeña y jamás han dejado de contestar a un correo, una duda o incluso, si necesito 20 minutos más para entregar, tampoco pasa nada, siempre que les avise (en vez de empezar a repasar/copia por mi idioma, empiezan a repasar los otros).

    El problema parece que algunas políticas son inversamente «filosófica» al tamaño de la empresa. Aunque con esto no niego que los PMs en agencias grandes sigan trabajando mucho, seguramente el problema viene de más arriba, de aquellos que prefieren ganar unos duros más y no contratar a ese PM extra que es tan necesario. Por supuesto, también hay agencias donde «sobran» PMs pero no tienen esa filosofía de la que hablamos. Haberlos, haylos en todos lados.

    Por la poca experiencia que tengo, puedo decir que trabajo mejor con empresas relativamente pequeñas que con las grandes.

    En fin, es como el secreto de Telepizza, algo que nunca llegaremos a entender.

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